Bueno, ¡el Spartak está de vuelta! Y lo hizo como de costumbre… Pero antes de ir al meollo, retomemos la web como la dejamos el 8 de marzo del 2020. Después de un largo confinamiento, La Pava decidió dar por concluida la liga cuando estábamos en el mejor momento y a punto de ganarla… (si todos los equipos hubiesen desaparecido en dudosas circunstancias) dejando desierto el campeón de este año. Lo mismo sucedió con la LFS que lideraba al Alberto, pero esto lo hicimos solo para joder. Tras esa decisión, en julio, el Spartak volvió a jugar un par de amistosos a la altura de nuestra calidad, para dejarlo hasta esta semana, que volvimos a recibir la noticia de que la liga se aplazaba como mínimo hasta enero por cuestiones seguridad… Lo de que vayas a jugar un amistoso y esté todo asediado de gente, con todas las pistas a petar, con un limpiado de vestuarios menos correcto que el protocolo de llamar a una ambulancia, y con una distancia social peor que en un Bukake… ya tal. Así que para quitarnos el mono decidimos montar de nuevo un amistoso. Por un lado, estaba el equipo amarillo formado por Fher, Carlos, Clifford Yuma, Ray y Noé y por otro lado el equipo oscuro, como el final del partido, formado por Javi, Dani, Jesús, Rodrigo y Dani Guillén. Alberto, como nuestro número 5 de Umbrella Academy particular (sobre todo por la estatura), previó un final apocalíptico del partido y decidió no venir pese a las súplicas espartanas.
Foto de Alberto haciendo señas a Carlos para que se desmarque. Tras el valioso empate contra C.E.U el Spartak se enfrentaba a Buddhas Family, tercer clasificado de la liga, con solo cuatro derrotas. Con las lesiones de Fher y Víctor, formamos con Javi, Manu, Joan, Pablo, Dani, Carlos y Alberto. El partido es lo de menos cuando puedas calentar jugando al Futpádel. Cuando dejemos el fútbol pensamos patentarlo. Pero todas las risas se cortaron de golpe al ver al árbitro de la contienda, conocido por pitar un penalti a Joan, a tres metros del jugador. Y no nos defraudó… de hecho no defraudó tampoco al otro equipo.
Con el comienzo del partido, Buddhas demostró que si táctica era clava da la nuestra, tanto en defensa como en ataque, saliendo al contragolpe siempre que robaban el balón. Y pese a que empezamos jugando mejor que en muchos partidos, volvió a aparecer el problema de siempre: falta de definición. Eso sí, está vez no era por malos chutes sino por un gran portero que no era capaz de creerse la suerte que estaba teniendo. Chutes a bocajarro que desviaba con la rodilla, segundos remates que despejaba con una segada… La cosa pintaba mal. Y más mal pintó cuando un doble de Neymar, se regateó a tres jugadores en medio metro y chutaba al primer palo de Javi, colándosela por el único hueco que dejó. Pese al gol continuaba el asedio espartano y conseguimos el empate con un gol olímpico de Dani, pero el árbitro decidió no concederlo diciendo que no le gustaba de dónde había sacado el balón. Los espartanos se lo querían comer y más todavía cuando en la siguiente jugada nos metieron el 0-2, con un chute desde la banda que Javi se comió pese a tocarla y dar en el palo. A partir de ese momento el árbitro no dio una. Por suerte, supongo que para compensar, los perjudicados era Buddhas, hasta el extremo que llegaron a percibir una tarjeta por las reiteradas quejas. Seguimos teniendo ocasiones pero nada, que no querían entrar. Así que más enfados que una mona y con la sensación de que era un excesivo castigo para como se estaba jugando el partido, nos fuimos al descanso.